El Ártico es en su mayor parte un extenso océano cubierto de una banquisa,
rodeado por tierras despobladas de árboles y subsuelo helado.
Incluye partes de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia e Islandia.
También es conocido como la tierra del sol de medianoche, fenómeno que puede ser apreciado en el interior del círculo polar ártico.
Otras definiciones están basadas en el clima y la ecología, como la isoterma de los 10 °C del mes de Julio, el cual corresponde aproximadamente a la línea arbórea en la mayor parte del ártico.
Incluye partes de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia e Islandia.
También es conocido como la tierra del sol de medianoche, fenómeno que puede ser apreciado en el interior del círculo polar ártico.
Otras definiciones están basadas en el clima y la ecología, como la isoterma de los 10 °C del mes de Julio, el cual corresponde aproximadamente a la línea arbórea en la mayor parte del ártico.
Durante más de 800.000 años el hielo ha sido una
característica permanente del océano Ártico; ahora ese hielo del que todos dependemos, está desapareciendo.
El hielo del Ártico refleja gran cantidad de calor solar hacia el espacio, es decir, ayuda a mantener fresco el planeta y estabiliza los sistemas meteorológicos de los que dependemos para cultivar nuestros alimentos. Proteger el hielo significa protegernos a todos.
En los últimos 30 años hemos perdido tres cuartas partes de la capa de hielo flotante de la cima de la Tierra y los causantes principales son:
El hielo del Ártico refleja gran cantidad de calor solar hacia el espacio, es decir, ayuda a mantener fresco el planeta y estabiliza los sistemas meteorológicos de los que dependemos para cultivar nuestros alimentos. Proteger el hielo significa protegernos a todos.
En los últimos 30 años hemos perdido tres cuartas partes de la capa de hielo flotante de la cima de la Tierra y los causantes principales son:
- El uso desmesurado de energías fósiles sucias y las constantes prospecciones petrolíferas.
Ha comenzado la fiebre del Ártico. Shell, BP, Exxon y Gazprom, entre otros, desean extraer una cantidad de petróleo que sólo cubriría la demanda global durante tres años, exponiendo gravemente el Ártico a contaminantes y vertidos.
Las mismas compañías que hicieron que el Ártico comenzase a derretirse están buscando enriquecerse con el deshielo. Quieren abrir una nueva frontera petrolífera para obtener, teóricamente, 90.000 millones de barriles de petróleo. Esto, que significa muchísimo dinero para ellos, solo equivale a tres años de petróleo para el resto del mundo.
Documentos gubernamentales afirman que gestionar vertidos de petróleo en aguas semicongeladas es “casi imposible”.
Errores inevitables harían añicos el delicado ecosistema ártico.
Para perforar el Ártico, las petroleras tienen que apartar los icebergs que sus plataformas encuentren en el camino, y derretir el hielo flotante con mangueras gigantes de agua caliente. Si permitimos que lo hagan, la llegada de un vertido catastrófico es sólo cuestión de tiempo. Ya hemos visto el daño extremo que han causado catástrofes como la del Exxon Valdez, el Prestige o la Deepwater Horizon. No podemos permitir que ocurra en el Ártico.
El océano Ártico y sus costas son entornos únicos, de gran valor ecológico.
Durante milenios, el Ártico ha albergado poblaciones que dependen para su subsistencia de ecosistemas saludables y funcionales. Los mares de Chuchotka y de Beaufort, por ejemplo, son vitales para osos polares, morsas, focas, ballenas, belugas y otras especies.
Guardacostas, científicos y habitantes de la zona han alertado sobre la falta de respuesta ante vertidos en el Ártico. Un plan sobre el papel no es suficiente para proteger un entorno tan especial. La vitalidad y biodiversidad del ecosistema ártico dependen de cómo gestionemos su desarrollo futuro.
- Pesca industrial.
Las flotas de pesca industrial están comenzando a pescar con redes de arrastre en aguas del Ártico.
Las gentes del lugar han pescado de manera sostenible en el Ártico durante miles de años, pero su actividad podría desaparecer si permitimos que las compañías pesqueras exploten el océano Ártico.
- Conflictos internacionales.
Los países árticos están armándose para un posible conflicto por el Ártico; EE.UU. habla de “amenazas militares crecientes en el Ártico”, y Rusia predice una “intervención armada” en el futuro.
Los países que bordean el Ártico están adquiriendo submarinos, cazas y rompehielos nucleares para reclamar el Ártico mediante la fuerza.
Tanto Rusia como Noruega han anunciado “batallones árticos” para luchar por sus intereses nacionales. Junto a la creciente militarización, seis países están intentando hacerse con partes del Ártico sin reclamar, incluyendo el Polo Norte.
Las mismas compañías que hicieron que el Ártico comenzase a derretirse están buscando enriquecerse con el deshielo. Quieren abrir una nueva frontera petrolífera para obtener, teóricamente, 90.000 millones de barriles de petróleo. Esto, que significa muchísimo dinero para ellos, solo equivale a tres años de petróleo para el resto del mundo.
Documentos gubernamentales afirman que gestionar vertidos de petróleo en aguas semicongeladas es “casi imposible”.
Errores inevitables harían añicos el delicado ecosistema ártico.
Para perforar el Ártico, las petroleras tienen que apartar los icebergs que sus plataformas encuentren en el camino, y derretir el hielo flotante con mangueras gigantes de agua caliente. Si permitimos que lo hagan, la llegada de un vertido catastrófico es sólo cuestión de tiempo. Ya hemos visto el daño extremo que han causado catástrofes como la del Exxon Valdez, el Prestige o la Deepwater Horizon. No podemos permitir que ocurra en el Ártico.
El océano Ártico y sus costas son entornos únicos, de gran valor ecológico.
Durante milenios, el Ártico ha albergado poblaciones que dependen para su subsistencia de ecosistemas saludables y funcionales. Los mares de Chuchotka y de Beaufort, por ejemplo, son vitales para osos polares, morsas, focas, ballenas, belugas y otras especies.
Guardacostas, científicos y habitantes de la zona han alertado sobre la falta de respuesta ante vertidos en el Ártico. Un plan sobre el papel no es suficiente para proteger un entorno tan especial. La vitalidad y biodiversidad del ecosistema ártico dependen de cómo gestionemos su desarrollo futuro.
- Pesca industrial.
Las flotas de pesca industrial están comenzando a pescar con redes de arrastre en aguas del Ártico.
Las gentes del lugar han pescado de manera sostenible en el Ártico durante miles de años, pero su actividad podría desaparecer si permitimos que las compañías pesqueras exploten el océano Ártico.
- Conflictos internacionales.
Los países árticos están armándose para un posible conflicto por el Ártico; EE.UU. habla de “amenazas militares crecientes en el Ártico”, y Rusia predice una “intervención armada” en el futuro.
Los países que bordean el Ártico están adquiriendo submarinos, cazas y rompehielos nucleares para reclamar el Ártico mediante la fuerza.
Tanto Rusia como Noruega han anunciado “batallones árticos” para luchar por sus intereses nacionales. Junto a la creciente militarización, seis países están intentando hacerse con partes del Ártico sin reclamar, incluyendo el Polo Norte.
Esas zonas ahora nos pertenecen a todos.
Hagamos que así
siga siendo y declaremos un santuario global en el Ártico, por el bien
de toda la vida en la Tierra.
No hay ningún gobierno ni armada que proteja el Ártico, solo países y compañías que están intentando hacerse con él.
No hay ningún gobierno ni armada que proteja el Ártico, solo países y compañías que están intentando hacerse con él.
Ayúdanos a
levantar una Bandera por el Futuro en el Polo Norte.
Somos 7000 millones de personas en el planeta y a todos y cada uno de nosotros nos afecta la salud del Ártico.
Somos 7000 millones de personas en el planeta y a todos y cada uno de nosotros nos afecta la salud del Ártico.
La desaparición del Ártico es la avanzadilla del calentamiento
global: se calienta el doble de rápido que el resto de la Tierra. Y la
industria petrolífera tiene sus ojos clavados en él, después de haber
sido la primera responsable del deshielo.
Frenando la nueva fiebre del petróleo en el Ártico
estamos creando las condiciones para un cambio radical en cómo generamos
y usamos la energía, impulsando una revolución energética limpia que
dará energía limpia a nuestros hijos. Sabemos que estamos plantando cara
a los países y compañías más poderosos del mundo.
que mostrará nuestra visión compartida de que un mundo verde, en paz y saludable depende del Ártico.
Pero la bandera es solo un símbolo. Llevaremos tu voz
a cada líder político del mundo para preguntarles cuál es su posición
frente al Ártico. Luego miraremos hacia las Naciones Unidas, donde
pediremos un acuerdo global para proteger el Ártico. Hace 30 años
lanzamos una campaña similar para proteger la Antártida. Nadie creía que
iba a tener éxito pero así fue, y conseguimos crear un parque mundial
alrededor del Polo Sur.
Firmar por una buena causa no es perder el tiempo, hace poco la presidenta de Brasil ignoró su propia conciencia y no actuó en favor de la protección de la Amazonía, cuando mandatarios o empresarios deciden sobre temas importantes sin pensar más que en su propio beneficio, perdemos todos.
ResponderEliminarAhora es el Ártico el que pide ayuda.
Firma ahora en http://www.savethearctic.org/es?gclid=CLXxqaCgnLECFU6JfAodEBvP5A