lunes, 6 de agosto de 2012

La esperanza de Sadako.

Un 6 de agosto de 1945 se lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima causando la muerte a 280 mil personas de manera directa o como consecuencia de las enfermedades derivadas.
 
Sadako Sasaki tenía dos años cuando cayó la bomba en Hiroshima, ciudad en la que vivía.
Diez años más tarde, como consecuencia de la irradiación que le produjo la bomba de Hiroshima, los médicos le diagnosticaron leucemia. Cuando la pequeña Sadako estaba en el hospital recuperándose de su enfermedad, su amiga Chizucho le narró el cuento de "Las 1.000 grullas de papel", que afirmaba que si alguien desea algo con mucha fuerza y construye 1.000 grullas de papel (origami) , los dioses le concederían aquel deseo que tanto anhela.
Es así como Sadako deseó curarse de su terrible enfermedad y para ello se propuso construir por sí misma 1.000 grullas de papel; al ver a más niños pasando situaciones similares a la suya decidió que era injusto pedir la cura solo para ella y con cada grulla que hacia, pedía la curación de todas las victimas y la paz.
 
Todo aquel que estaba a su lado se emocionaba por el empeño con el que lo pedía. Pero el 25 de octubre de 1955, tras 14 meses ingresada en el hospital, y cuando tenia hechas 644 grullas, sus ojos se cerraron para siempre.
Simbólicamente, sus amigos continuaron su misión y completaron las mil grullas, con la esperanza de que se evitaran las guerras en el futuro y se consiguiera la paz entre todos los países del mundo. Tres años después del fallecimiento de Sadako, los niños de toda la ciudad de Hiroshima llevaron una grulla hecha por ellos mismos para inaugurar una estatua que representa a la pequeña Sadako sosteniendo una gran grulla de papel que sale de sus manos como si quisiera echar a volar.
Así la grulla se convirtió en el símbolo de la paz, y esta estatua, fue el origen del parque de la paz de Hiroshima.


Cada año, para el 6 de agosto, Día de la Paz, llegan miles de grullas de papel a Hiroshima desde todos los lugares del planeta.

Los niños de la ciudad cuelgan las grullas en el monumento de Sadako, con la esperanza de transmitir un mensaje de esperanza y paz a todo el mundo, y para recordar a Sadako y a todos los niños que, como ella, murieron por culpa de las bombas atómicas.
Existen poemas, canciones y novelas que hablan de su vida, y  el 6 de agosto de 1990, en el 45 aniversario de la tragedia, se inauguro otro parque de la paz en Seattle (USA),  con una estatua de Sadako.


Hoy en día Hiroshima y Nagasaki son ciudades nuevas y modernas, que han partido otra vez desde cero y han evolucionado en lugar de anclarse en un pasado doloroso, principalmente, gracias a la fuerza de voluntad y al deseo de paz de gente como Sadako.

Publicado por:  Peter,  Chabela  y  Ondine

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