Twenty-eight young men bathe by the shore;
Twenty-eight young men, and all so friendly:
Twenty-eight years of womanly life, and all so lonesome.
She owns the fine house by the rise of the bank;
She hides, handsome and richly drest, aft the blinds of the window. 195
Which of the young men does she like the best?
Ah, the homeliest of them is beautiful to her.
Where are you off to, lady? for I see you;
You splash in the water there, yet stay stock still in your room.
Dancing and laughing along the beach came the twenty-ninth bather; 200
The rest did not see her, but she saw them and loved them.
The beards of the young men glisten’d with wet, it ran from their long hair:
Little streams pass’d all over their bodies.
An unseen hand also pass’d over their bodies;
It descended tremblingly from their temples and ribs. 205
The young men float on their backs—their white bellies bulge to the sun—they do not ask who seizes fast to them;
They do not know who puffs and declines with pendant and bending arch;
They do not think whom they souse with spray.
* * * * *
Veintiocho muchachos se bañan en el río;
veintiocho muchachos y todos muy amigos:
veintiocho femeninos y solitarios años tiene ella.
Suya es la hermosa casa que se alza en la orilla;
desde la que, lujosamente vestida, observa oculta tras las cortinas del balcón.
¿Cuál de los muchachos le gusta más?
¡Hasta el menos agraciado le parece hermoso!
¿A dónde vas, señora? Porque la he visto;
chapotea en el agua, aunque no se mueva de su alcoba.
Bailando y riendo una bella muchacha se ha unido a los bañistas;
ellos no la ven, pero ella los ha visto y amado.
Las barbillas de los jóvenes brillaban mojadas, corría el agua por sus largos cabellos,
y en pequeños arroyos acariciaba sus cuerpos.
y en pequeños arroyos acariciaba sus cuerpos.
También una mano invisible acaricia ahora sus carnes;
desciende temblorosa por sienes y por pechos.
Los jóvenes flotan de espaldas enseñando sus vientres, que blancos asoman bajo el sol,
no se preguntan quién los estrecha contra sí;
no se preguntan quién los estrecha contra sí;
no saben quién suspira y se inclina sobre ellos, suspensa y curvada como un arco;
ni imaginan a quién salpican con la espuma que levantan sus manos.
Incluido en "Canto a mí mismo".
Versión traducida al castellano de Enrique Lopez Castellón.
Publicado por: Ondine y Peter.
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