La misión de Burzōy en la India.
Hacia el año 570 de nuestra era, el médico persa Burzōy tradujo y compiló unas valiosas obras sánscritas al páhlavi.
Antes de abordar algunas de ellas, compartiré un resumen de la leyenda que cuenta las circunstancias en las que la traducción persa media fue elaborada.
Hacia el año 570 de nuestra era, el médico persa Burzōy tradujo y compiló unas valiosas obras sánscritas al páhlavi.
Antes de abordar algunas de ellas, compartiré un resumen de la leyenda que cuenta las circunstancias en las que la traducción persa media fue elaborada.
El médico principal de la corte del rey persa Khusrōy Anōshagruwān I, llamado Burzōy, lee en unos libros filosóficos que en las montañas de la India hay unas hierbas y otras plantas que – después de haberlas confeccionado y mezclado de cierta manera – pueden resucitar a los muertos.
Así que, deseando ir en busca de estas hierbas maravillosas, le pide a su rey permiso y ayuda. Éste se los concede inmediatamente enviándolo a la India con cartas y regalos para los reyes, pidiéndoles su asistencia en la búsqueda.
Una vez llegado a la India empieza a buscar esas hierbas con el apoyo de los reyes por todo el país. Sin embargo, después de intentarlo más de un año, no logra preparar tal medicina así como está descrita en sus libros anteriormente consultados.
Por eso, ya muy desilusionado, no ve otra solución que confiar sus penas a los filósofos hindúes que le ayudan y le señalan el sentido alegórico detrás de las palabras leídas en los libros filosóficos.
Según sus explicaciones, hay que equiparar las montañas con los sabios, las hierbas con el saber de estos sabios, la medicina con los libros que contienen este saber, y los muertos con los necios ignorantes que no saben nada.
Si los ignorantes (muertos) leen los libros sapienciales (toman la medicina), acogen el saber (las hierbas) que contienen, y por consiguiente resuscitan de la muerte intelectual.
Después de haber recibido esta valiosa información Burzōy busca inmediatamente estos libros sapienciales (entre los que se encuentra el de Kalīla wa-Dimna), los traduce del sánscrito al páhlavi y compila una versión del Pañcatantra, tres cuentos del Mahābhārata y la leyenda de Ca a Pradyōta.
Cuando regresa a Persia, su rey se alegra enormemente con lo que le trae su médico y filósofo, y manda a su alguacil Buzurgmihr (“sol grande”) que guarde los libros en la tesorería real.
Así que, deseando ir en busca de estas hierbas maravillosas, le pide a su rey permiso y ayuda. Éste se los concede inmediatamente enviándolo a la India con cartas y regalos para los reyes, pidiéndoles su asistencia en la búsqueda.
Una vez llegado a la India empieza a buscar esas hierbas con el apoyo de los reyes por todo el país. Sin embargo, después de intentarlo más de un año, no logra preparar tal medicina así como está descrita en sus libros anteriormente consultados.
Por eso, ya muy desilusionado, no ve otra solución que confiar sus penas a los filósofos hindúes que le ayudan y le señalan el sentido alegórico detrás de las palabras leídas en los libros filosóficos.
Según sus explicaciones, hay que equiparar las montañas con los sabios, las hierbas con el saber de estos sabios, la medicina con los libros que contienen este saber, y los muertos con los necios ignorantes que no saben nada.
Si los ignorantes (muertos) leen los libros sapienciales (toman la medicina), acogen el saber (las hierbas) que contienen, y por consiguiente resuscitan de la muerte intelectual.
Después de haber recibido esta valiosa información Burzōy busca inmediatamente estos libros sapienciales (entre los que se encuentra el de Kalīla wa-Dimna), los traduce del sánscrito al páhlavi y compila una versión del Pañcatantra, tres cuentos del Mahābhārata y la leyenda de Ca a Pradyōta.
Cuando regresa a Persia, su rey se alegra enormemente con lo que le trae su médico y filósofo, y manda a su alguacil Buzurgmihr (“sol grande”) que guarde los libros en la tesorería real.
Otra versión cuenta que el rey sabio de Persia, Khusrōy Anōshagruwān I, oye hablar de un libro de fábulas que se llama Kalīla wa-Dimna perteneciente a los reyes de la India, del cual “no hay otro par en la tesorería de otros reyes, y que los reyes de la India consultan en situaciones graves”, puesto que contiene todo “lo que un rey debe saber para gobernar su pueblo”.
Con el firme propósito de conseguir este libro, instruye y envía a Burzōy a la India para que entre en contacto con la corte del rey, sin comunicarle a nadie su intención verdadera.
Cierto día, tras un largo diálogo con un amigo indio sobre la significación de una amistad sincera, este le consigue el libro de la tesorería real.
Burzōy lo tradujo del sánscrito al páhlavi y regresó a Persia, donde fue recompensado por el rey con una capa real y un capítulo en el que se describía su vida al principio del libro.
Desgraciadamente se perdió esta traducción páhlavi, pero se sabe que en el s.VI después de Cristo se realizó una traducción al siríaco por alguien llamado Bū.
Información recogida en www.zora.uzh.ch/17989/1/CalilaV.pdf
Publicado por: Ondine
Personas cretivas como tu son dignas de felicitar,me ha encantado
ResponderEliminarMuchísimas gracias, nos alegramos de que te este gustando nuestro pequeño rinconcito. Que tengas una preciosa semana.
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