"Hablar de Tango es introducirse en Buenos Aires, en la voz y la sonrisa gardeleanas.
Hablar de Tango es vibrar con golpes de tambor afro y con negros cuerpos bailando el Candombe.
Hablar de Tango es penetrar en una cantina de puerto viviendo el abrazo de un marinero cubano que estrecha la ondulante cintura de una criolla, al son de la habanera.
Hablar de Tango es acompañar al bandoneón en un increíble viaje desde el suburbio al centro, desde el suburbio a París.
Hablar de Tango es comprender lo profundo de sus letras, es bailar lo intenso de sus compases (“mestura” de habanera con candombe, de milonga con fandango).
Hablar de Tango es fundirse en un hechizo compartido con todos aquéllos que con su sensibilidad nos hacen decir: EL TANGO ES HOY."
Fragmento pertenciente a: Buenos Aires Cultural. La Revista del Café Tortoni, del 11 de marzo de 2011.
En el Tango, la mujer seduce y el hombre conduce.
Dejémonos ahora guiar por el abrazo, por la caricia y el arrebato, de esta hermosa creación divina.
Y ya me retiro, pero parafraseando al gran “Pichuco” (Anibal Troilo) al cual le preguntaron una vez, si no deberían de hacerse tangos nuevos, y el contestó: No hay tangos viejos ni tangos jóvenes... lo que hay son tangos buenos o tangos malos.
Publicado por: Peter
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