Nairobi, capital de Kenia, es hoy en día una de las ciudades más prominentes en África
política y económicamente, además del hogar de muchas compañías y organizaciones,
que la califican de centro social, comercial y cultural.
Sin embargo la mayoría de
los habitantes de Nairobi son pobres, y se ha estimado, que la mitad de la
población, vive en los barrios bajos que cubren solamente el 5% del
área de la ciudad.
Kibera es uno de los barrios bajos (favela) más grandes de África, está situado al oeste de Nairobi, cubre 2 km² de terreno propiedad del gobierno y cuenta con una población cercana al millón de habitantes, en la cual el 80% de los jóvenes están en paro.
Aquí, en Kibera (que significa “bosque” en idioma nubio), empezó hace doce años una historia desbordada de valor, nobleza y solidaridad, impulsada por una gran persona.
Kibera es uno de los barrios bajos (favela) más grandes de África, está situado al oeste de Nairobi, cubre 2 km² de terreno propiedad del gobierno y cuenta con una población cercana al millón de habitantes, en la cual el 80% de los jóvenes están en paro.
Aquí, en Kibera (que significa “bosque” en idioma nubio), empezó hace doce años una historia desbordada de valor, nobleza y solidaridad, impulsada por una gran persona.
Diminah Khasiala, una mujer Keniana, analfabeta y practicamente sin recursos económicos, en 1998 decidió, después de recoger a un bebé abandonado entre la basura, comprometerse a salvar de una muerte segura a las personas más necesitadas de su país, los niños abandonados.
Así, con la ayuda de vecinos, conocidos, y la ayuda ofrecida por turistas que se enteraron de su existencia gracias a la fundación Kobo (creada por una agencia de turismo español) y quisieron apoyarla, consiguió crear un orfanato en el distrito de Ngong, a las afueras de Nairobi.
Desde entonces todo el mundo la conoce como Mama Tunza, que en Swahili significa: “La Madre que cuida”, por salvar y estar salvando del hambre y los peligros de la calle, a más 350 niños abandonados que estaban condenados a intentar sobrevivir, solos y en la miseria.
Gracias a su gran determinación, coraje, esfuerzo y la ayuda de algunas personas caritativas, que vienen apoyándola como voluntarios o mediante la donación de víveres, ropa y algunos útiles escolares, Mamá Tunza ha conseguido darles un techo que los cobije, comida diaria, estudios para los menores, amor y esperanza.
Aunque los niños de primaria están escolarizados, los mayores tienen que buscar padrinos para poder continuar sus estudios, ya que en Kenia la secundaria es de pago.
Mamá Tunza fomenta en los niños valores como la solidaridad, la perseverancia y la responsabilidad.
Por ello procura que los niños asistan regularmente a la escuela, (una de las cosas que suele pedir a las personas que desean hacer donaciones. son compresas. Así las niñas no se ven obligadas a faltar al colegio por incomodidad o vergüenza cuando están menstruando).
Entrega dos pastillas de jabón (uno de aseo personal y otro para lavar la ropa) a cada niño mayor, para que se acostumbren a mantener limpios sus cuerpos y ropas.
Si desean ayudar con donaciones o ponerse de acuerdo con personas que actualmente tienen programadas varias fechas de viaje hacia Tunza Children's Center pulsa aquí.Así, con la ayuda de vecinos, conocidos, y la ayuda ofrecida por turistas que se enteraron de su existencia gracias a la fundación Kobo (creada por una agencia de turismo español) y quisieron apoyarla, consiguió crear un orfanato en el distrito de Ngong, a las afueras de Nairobi.
Desde entonces todo el mundo la conoce como Mama Tunza, que en Swahili significa: “La Madre que cuida”, por salvar y estar salvando del hambre y los peligros de la calle, a más 350 niños abandonados que estaban condenados a intentar sobrevivir, solos y en la miseria.
Gracias a su gran determinación, coraje, esfuerzo y la ayuda de algunas personas caritativas, que vienen apoyándola como voluntarios o mediante la donación de víveres, ropa y algunos útiles escolares, Mamá Tunza ha conseguido darles un techo que los cobije, comida diaria, estudios para los menores, amor y esperanza.
Mama Tunza conoce la historia de todos sus niños, lo que quieren y lo que necesitan.
Acoge a niños sin hogar, huérfanos, y muchos de ellos están enfermos de Sida.
Hasta ella llegan de manos de la mismísima policía, recién nacidos que acaban de ser abandonados (el estado no se hace cargo de ellos), o madres jóvenes (algunas con sida) que van allí a dar a luz y se marchan abandonando a sus bebés.Aunque los niños de primaria están escolarizados, los mayores tienen que buscar padrinos para poder continuar sus estudios, ya que en Kenia la secundaria es de pago.
Mamá Tunza fomenta en los niños valores como la solidaridad, la perseverancia y la responsabilidad.
Por ello procura que los niños asistan regularmente a la escuela, (una de las cosas que suele pedir a las personas que desean hacer donaciones. son compresas. Así las niñas no se ven obligadas a faltar al colegio por incomodidad o vergüenza cuando están menstruando).
Entrega dos pastillas de jabón (uno de aseo personal y otro para lavar la ropa) a cada niño mayor, para que se acostumbren a mantener limpios sus cuerpos y ropas.
Y enseña, a niños y niñas mayores, a ayudarse y cuidar adecuadamente de los más pequeños.
La mayoría de jóvenes que han crecido aquí, suelen volver de vez en cuando, para echar una mano.
ECOWILDLIFE contribuyó a la adecuación y construcción de nuevas instalaciones en el centro de Kibera.
Blog con experiencias personales, escrita por un voluntario: Página en inglés.
Para ver el programa que Informe Semanal dedico a Mamá Tunza: Pulsa aquí.
Para ver el programa que Informe Semanal dedico a Mamá Tunza: Pulsa aquí.
Publicado por: Ondine.
Que alentador resulta enterarse de las buenas acciones que realizan otras personas.
ResponderEliminarPor cierto hoy tenemos que hablar, quedamos a las 8pm, por Skype, un beso a todos.
Historias como esta son las que me llenan de esperanza, gracias por dedicarle una entrada Diminah Khasiala, es una gran mujer y ahora más personas podrán conocer su historia :D
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