Fue la tercera hija de un opulento comerciante de la ciudad de Sakai, cerca de Osaka, donde realizó sus estudios de literatura clásica del Japón. A los veinte años de edad empezó a escribir tankas; en 1899 se hizo miembro del grupo de tanka, Nueva Estrella (Shinsei) y publicó sus tankas en la revista Myodyo (El Lucero). En 1901 viaja a Tokio y publica su primer libro de tankas titulado Midaregami (Dulce desorden de la cabellera) de temática feminista. Escribió y publicó más de 15 libros de tankas, además de crítica, ensayos y versiones modernas de textos clásicos japoneses. En 1921 se hizo directora de la Escuela Feminista Bunka Gakuin, y abrió nuevos horizontes en el campo pedagógico; tuvo además un profundo interés en problemas femeninos y sociales.
Su poema “No te mueras” es uno de los poemas antibélicos más famosos en el Japón. Cuando Akiko publicó este poema, dedicado a su hermano menor enviado al frente en la Guerra ruso-japonesa, su intrépida denuncia contra la guerra y la irónica referencia al Emperador sorprendieron al público lector.
Su poema “No te mueras” es uno de los poemas antibélicos más famosos en el Japón. Cuando Akiko publicó este poema, dedicado a su hermano menor enviado al frente en la Guerra ruso-japonesa, su intrépida denuncia contra la guerra y la irónica referencia al Emperador sorprendieron al público lector.
NO TE MUERAS
Ay, hermano, lloro por ti,
no te mueras.
Tú que naciste el menor de la familia,
el cariño de tus padres superaba todo,
mas ¿acaso ellos te han educado para matar a la gente
haciéndote empuñar una espada?
¿Te han criado hasta los veinticuatro años
para que mueras después de matar a la gente?
Eres el dueño de una tienda tradicional
de un comerciante de la ciudad de Sakai.
Eres el heredero del nombre de tu padre.
No te mueras.
¿Qué te importa si el Castillo de Puerto Arturo
cae o no cae?
Sólo conoces las costumbres de una familia de mercaderes.
No te mueras.
El Emperador nunca aparecerá en el campo de batalla.
“Que mueran como bestias,
que derramen mutuamente sangre humana,
que es el honor del hombre el morir”
¿Pensará así el Emperador?
No creo, pues tiene una benevolencia profunda.
Ay, hermano,
no te mueras en el campo de batalla.
A tu madre que había perdido al esposo
le han quitado a su hijo
en medio del llanto sin misericordia
el otoño pasado.
Ella mantiene a su familia y
mientras se habla de la paz nacional
aumentan las canas de su cabello.
¿Acaso te has olvidado
de tu mujer joven y frágil
que a la sombra de la cortina
llora inclinada,
con quien no has vivido ni diez meses?
Piensa en el dolor de la joven.
Ay, ¿en quién podría ella apoyarse
sino en ti, el único en este mundo para ella.
Tú no te mueras.
Publicado por: Ondine
https://fromtheothersideofthedoor.blogspot.com
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