Que tal queridos y queridas, hoy escribo para dar mi opinión sobre "la educación" que nos están procurando y obligando a tragar, desde los profesores hasta los chiflados con escopeta.
Para empezar quiero desacreditar a todos los noticieros y programas de tertulias que ven el problema económico-social español como una cifra que genera expectación, favorece a un partido político en concreto o como la escusa perfecta para hacer reportajes lacrimógenos que generan mayores niveles de audiencia; quiero decirles a todos aquellos virus sociales de traje, joyas, chófer y guardaespaldas, que su existencia no puede ser más errónea, despreciable y egoísta, que son los más eficaces esbirros de la maldad pura, que en sus mentes guardan el maquiavelismo más desarrollado y perfecto, y que aunque hace mucho tiempo que las vidas ajenas dejaron de importarles, porque ante sus pomposos ojos solo somos esclavos que se creen libres, más les vale cambiar el rumbo.
En cuanto a los gobernadores y funcionarios, sinceramente pienso que nos están asegurando un futuro propio de ratas y carroñeros que, como ya está sucediendo, se pelearán y atacarán entre si para conseguir los restos, las sobras putrefactas, que empezamos a llamar trabajos.
Ya somos espectadores de como nuestros predecesores con preparación o sin ella, jóvenes, adultos, o personas mayores que simplemente no tendrán la suerte de acogerse al anterior y más razonable acuerdo de jubilación, rebajan al mínimo el valor de su trabajo, de su mano de obra, de sus ideas, de su tiempo... y luchan por subsistir, por no excluirse socialmente, o como muchos lo llaman "por llegar (vivo) a fin de mes".
Dejemos de lado de una vez por todas tanto conformismo, no nos merecemos semejante carga, no debemos abstraernos y pensar "tampoco estamos tan mal, otros lo están pasando peor", ni confiar en que todo se arreglará y pasará.
Ayer por la tarde escuche en la radio que miles de jóvenes de Portugal habían empezado a movilizarse en masa en contra de la situación de crisis económico-social, que se llamaban a ellos mismos "generaçao à rasca" (la generación desesperada), y minutos después uno de sus representantes conversaba con el locutor de radio y ambos coincidían en que no había forma de entender la pasividad y la falta de acciones reivindicativas de los jóvenes españoles cuando aquí las cifras de paro y fracaso escolar son incluso mayores que en Portugal; me sentí avergonzada, tenían toda la razón, lo nuestro eran intentos de manifestación, eramos pocos, en una ciudad pequeña, quejándonos de un problema enorme.
Nuestro acto apenas trascendió.
Señores lectores, quiero decirles que sí, que muchos de los jóvenes estamos desanimados, asustados, desesperados porque está situación a llamado a nuestras puertas y se a colado en nuestras vidas sin que la esperáramos, dejen de llamarnos ineptos o hijos de papá y mamá, despiértennos, acompáñennos en las manifestaciones, alerten a los mocosos que solo saben de consolas y reality shows, de las políticas y acciones que están poniendo en peligro su futuro, apaguen su televisor (prohíbanse la auto-alienación), y de vez en cuando pónganse a pensar en el mañana.
Desde luego hay muchas formas de enfrentar esta situación (unos se vuelven locos, los más pesimistas se suicidan, otros rezan, otros ven Gran Hermano...) pero a los problemas de este calibre debemos cogerlos de frente y sobretodo unidos.
¡Reanimen su fuerza de espíritu, reclamemos nuestra libertad y la de los que vienen!.
Recordad, todos aquellos que no estamos jubilados tenemos un gran problema.
Publicado por: Ondine